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Elizabeth Morris


Hay una mujer en común entre los diversos autores y cantantes que desde los años '90 han impulsado la música latinoamericana hecha en Chile. En el múltiple rol de instrumentista, compositora, productora y solista, Elizabeth Morris se ha dedicado a las raíces folclóricas chilenas y americanas y ha consolidado su lugar en ese circuito con los discos Hacia otro mar (2002), Nazca (2008) y Pájaros (2012), además de ganar la competencia folclórica del Festival de Viña en 2006 con su "Canción de agua y viento" y de proveer de música a Pedro Aznar, Eva Ayllón, Francesca Ancarola, Pedro Villagra, Laura Fuentes, Carmen Prieto, José Seves, Magdalena Matthey o Clarita Parra entre otros de sus pares.
Primeros años de música a leña
Elizabeth Morris Keller nació en 1972 en Valparaíso y pasó una buena parte de la niñez con su
familia en la República Democrática Alemana, desde donde volvió a Chile a los diez años, en 1982. A los diecisiete aprendió a tocar guitarra y luego estudió las carreras de licenciatura en artes con
mención en ciencias del sonido (1990) en la Universidad de Chile y composición y arreglos (1995) en
la Escuela de Artes de la Música Popular de la SCD, donde coincidió con los músicos Alexis
Venegas y Magdalena Matthey entre sus compañeros de generación.
Para 1997 ya estaba actuando en vivo con gente del mismo círculo como Antonio Restucci, Juan
Antonio Sánchez y Francesca Ancarola. En sus inicios tocó en el conjunto de raíz chilota hilhué, en
la batucada Os da Quinta y en el grupo de fusión latinoamericana Fa-Fandango, y entre 1998 y 2000
fue parte de un trío embrionario del nuevo sonido latinoamericano: Alheña, integrado por Magdalena
Matthey, Laura Fuentes y Elizabeth Morris. Entre 1999 y 2000 también fue guitarrista del grupo de
Pedro Villagra; en octubre de 2000 tocó en el primer Festival Internacional de Guitarra Entre Cuerdas
organizado por Alberto Cumplido y en julio de 2002 viajó con Ancarola a Toronto, Canadá, como
parte de la delegación chilena presente en la XVII Jornada Mundial de la Juventud convocada por el
papa Juan Pablo II.
Elizabeth Morris toca guitarra, charango, tiple, cuatro venezolano, cuatro puertorriqueño, zampoña,
cajón peruano y otras percusiones, y ha puesto esos instrumentos como invitada en diversos discos:
Que el canto tiene sentido (1996), de Francesca Ancarola; Pagano (1998) y Quiebracanto (2000), de
Pedro Villagra; Salvo tú y yo (1999), de Santiago del Nuevo Extremo; ¿Conosci Víctor Jara? (2000),
grabado en Italia por los cantores José Seves, Daniele Sepe y Auli Kokko; Cancionero nocturno
(2002), de Carmen Prieto, y Mañana será otro día (2004), de Magdalena Matthey. Con José Seves,
para entonces alejado de Inti-Illimani, inició su colaboración más duradera a partir del disco Canto
remolino (2002) del cantante, y ambos formaron un dúo que en 2004 se incorporó además a una de
las dos versiones de Inti-Illimani, liderada por Horacio Salinas.
Al mismo tiempo ha ejercido su oficio de autora. Los discos Pasaje de ida y vuelta (2000), de
Francesca Ancarola, y Delicadeza (2000), de Laura Fuentes, tienen en común dos canciones de
Elizabeth Morris, la marinera peruana "Darte luz" y unas delicadas "Décimas" que parecen
iluminadas por Violeta Parra, y al mismo tiempo su bolero "Desolación" figura en el disco Deseos y
encantos (2000), de Carmen Prieto. Luego, en Jardines humanos (2002), también de Ancarola,
ambas autoras firman la canción "Espantamales", y dos años más tarde la compositora e
instrumentista debuta en una tercera faceta, como productora musical, con el disco Tiempo de cantar
(2004), de la folclorista Clarita Parra.
Canciones de agua y viento
Otras dos canciones suyas, las instrumentales "Caipira" y "Landó", figuran en un compilado tan
temprano como Música de este lado del sur (1996), pero fue en mayo de 2001 cuando Elizabeth
Morris actuó por primera vez como solista, en una carrera personal iniciada con el disco Hacia otro
mar (2002). En ese primer trabajo, poblado de ritmos inspirados en landó, cueca, marinera, raíz
brasileña y décimas, dispuso parte de la creación hecha desde sus inicios y grabó canciones
presentes para siempre en su repertorio, como "Darte luz" y "Décimas".
En febrero de 2006 ganó la competencia folclórica del Festival de Viña con su "Canción de agua y
viento", y dos años más tarde esa composición era parte de su segundo disco, Nazca (2008) en el
que venía trabajando desde mediados de 2005. Además de confirmar su vocación por los
instrumentos acústicos y las raíces de huayno, candombe, milonga o tonada entre otros ritmos, en
ese disco suma timbres de violines, violas y cellos, e incluye canciones como "La barca emplumada" y su ritmo de pericona, la instrumental "Al galope" e "Itzá", basada en la novela "La mujer habitada",
de la escritora nicaragüense Gioconda Belli.
La cantante ha sumado luego más colaboraciones en vivo junto a los músicos argentinos Beatriz
Pichimalen, Pedro Aznar y Víctor Heredia (2012), y sus canciones "Décimas" y "Darte luz" fueron
grabadas respectivamente por Pedro Aznar en el álbum Quebrado (2008) y por la cantante peruana
Eva Ayllón en el álbum Eva Ayllón + Inti-Illimani Histórico (2012). El cine ha sido otro de sus
quehaceres, con la banda sonora de "El edificio de los chilenos" (2010), documental de Macarena
Aguiló y Susana Foxley sobre las vidas de los niños hijos de militantes chilenos de izquierda durante
la dictadura, y con las imágenes en primer plano de sus manos sobre la guitarra en la interpretación
de "El gavilán", de Violeta Parra, para el largometraje "Violeta se fue a los cielos" (2011), de Andrés
Wood.
A raíz de este último trabajo, desde 2011 fue parte de los espectáculos "El cantar de Violeta" y "Violetando", a trío y a dúo junto a Magdalena Matthey y a la actriz y cantante rancisca Gavilán,
protagonista de la película de Wood. Y al año siguiente presentó su tercer disco, Pájaros (2012), un
nuevo repertorio basado en ritmos americanos de cueca, cumbia, huayno o festejo entre otros. El
primer single "Toca y retumba", la cumbia "Agua para el chocolate", la "Cueca del tiempo", ganadora
del segundo lugar en el Concurso de Composición Luis Advis en 2012, o la canción tradicional
venezolana "Pajarillo" son parte de ese disco, que incluye además una versión de "Con toda
palabra", melodía de la cantante norteamericana Lhasa de Sela.
Las referencias a las fuentes de la Nueva Canción Chilena siguen presentes además en su trabajo,
con reelaboraciones de obras como la cueca de Violeta Parra "Adiós que se va Segundo" y la
canción de Víctor Jara "Angelita Huenuman" que la cantante grabó en su segundo y tercer disco
respectivamente. Cantada o instrumental, sus composiciones se basan en la variedad de cuerdas
latinoamericanas de guitarra, charango, cuatro y tiple, y describen una travesía por el samba, las
décimas, el bolero o la música afroperuana entre muchas otras influencias. Elizabeth Morris se tomó
su tiempo, pero estuvo bien empleado: vino a enriquecer la nueva canción chilena abierta a
Latinoamérica con una voz que faltaba en ese concierto, suave y quieta en el canto, rigurosa e
inquieta en la música.
—David Ponce. Tomada de Música popular chilena: La enciclopedia de la música chilena en Internet
Aprende más sobre Elizabeth Morris y su música.

Elizabeth Morris con José Seves